Después de nueve años en Tercera, el Tomelloso volvía a estar
con los grandes. La temporada 2003/04 el equipo volvía a la Segunda División
B. Y la primera buena noticia es que por el Municipal pasarían equipos de
enjundia, al quedar el equipo encuadrado en el grupo II junto con los
equipos madrileños, castellano-leoneses, aragoneses y castellano-manchegos.
Eso significaba, entre otras cosas, que los filiales de Real Madrid,
Atlético de Madrid y Zaragoza serían algunos de los rivales.
A la hora de confeccionar la plantilla, se optó por mantener buena parte del
equipo del ascenso y realizar un total de 11 refuerzos. Hubo bajas importantes,
como las de Chano, Francis o Muñoz. Como altas, se produjeron algunas de
jugadores con mucho nombre, como Rojas, Soria, Pelu o José Luis. Sin embargo,
al final los que más jugaron fueron otros menos mediáticos como Pedro
Carrión, Javi Hernández o Richard, verdadera revelación de la temporada, que
llegó procedente del Puertollano y se convirtió en el jugador más regular
desde su puesto de central.
Dos caballos de batalla marcaron la confección de la plantilla: por un lado,
el caso de Treviño, que no podía ser dado de alta hasta el mercado de
invierno al haber cedido su ficha por lesión al final de la temporada
anterior.
Treviño quedó entrenando con la plantilla con la promesa de ser inscrito
entonces. Por otro lado, el caso de los sub-23. Al tener que mantener 6 en
plantilla, los problemas se dispararon, y obligaron a fichar a jugadores que
luego no aportarían mucho, como Edu López, Raúl Martín o el canterano José
Ángel. Incluso la sexta ficha tuvo que ser ocupada por el encargado de
material Eduardo Clemente, al no querer gastar el dinero en un nuevo
jugador.
La campaña empezó con problemas, y el equipo no consiguió su primera
victoria hasta la sexta jornada. Pero entonces llegó la racha buena, que
incluyó una importante victoria en casa nada menos que frente al Real Madrid
'B' de Mejía, Arbeloa, Jurado y Soldado. El equipo salió de la zona de
descenso, y se empezó a aprovechar de que varios equipos, como Rayo
Majadahonda o Toledo, empezaban a quedarse descolgados en la lucha por la
permanencia.
El final de año y el inicio de 2004, sin embargo, volvieron a ser malos, y
se sucedieron seis derrotas consecutivas que le acercaron de nuevo a la zona
peligrosa. La directiva modificó la plantilla dando de baja a Soria y
Garzón, dos de los jugadores más caros de la plantilla, además de al sub-23
Raúl Martín, y trayendo a los medias puntas Pinto y Soriano y al ariete
Pablo Lozano. Este último, cuya eficacia goleadora en 3ª estaba más que
probada, rindió a un gran nivel en la 2ª vuelta. Treviño no fue inscrito por
no considerarlo oportuno el míster, lo cual provocó el enfado del delantero,
que recaló en el Socuéllamos.
Pero la situación no sólo no mejoró, sino que pareció tocar fondo cuando, en
dos partidos contra equipos de la zona baja se salió goleado de Toledo y no
se pasó del empate en casa frente al Casetas. La directiva siguió confiando
en Pedro, y el equipo sacó un par de resultados buenos que parecían devolver
la esperanza. Además de que Casetas y Compostela también se descolgaban y
parecía que los cuatro puestos de descenso tenían ya candidatos muy firmes
para ocuparlos.
Sin embargo, en esa tesitura, y tras perder en casa ante el Palencia (a
pesar de venir de cuatro encuentros sin hacerlo), Pedro Sánchez de la Nieta
fue cesado como entrenador. Tras un intento de contratar a Luis
Sánchez Duque, el hombre elegido para ocupar el banquillo fue Juan Carlos
Álvarez, ex-míster del Sevilla en 1ª División. Juan Carlos realizó muchos
cambios: entre otras cosas, modificó el esquema de juego, pasando a jugar
con tres centrales y dos carrileros, y relegó al ostracismo a hombres clave
para Pedro, como Carlos Sanz.
Juan Carlos mejoró un poco los números, aunque el mejor aval para la
salvación fueron los pinchazos de los rivales directos. Al final, incluso el
calendario echó una mano, ya que los dos últimos rivales llegaron a esas
jornadas con sus objetivos cumplidos y el Tomelloso lo aprovechó para ganar
y asegurarse la salvación. Una temporada que terminó de forma extraña, ya
que el equipo jugó tras la liga la previa del Trofeo de la Junta de
Comunidades, y quedó eliminado por el Conquense en un partido en el que Juan
Carlos no dirigió al equipo, ni quiso luego dar explicaciones de ello. Un
final abrupto para una temporada nerviosa que, al menos, acabó con la
salvación.
Si el primer equipo vivía momentos dulces en 2003, el juvenil
no era menos. Se había alcanzado el ascenso a Liga Nacional, y eso había sido
aprovechado para volver a tener dos equipos juveniles, al inscribir un segundo
equipo en Liga Provincial. Muchos chavales tendrían la oportunidad de defender a
Tomelloso en esa categoría, y eso debía ser aprovechado para tratar de formar
buenos jugadores de futuro.
El equipo de Liga Nacional lo dirigió Carlos Moreno, el entrenador del ascenso,
ayudado por Pedro García. Contó con una plantilla formada por el bloque del
ascenso más algunos refuerzos locales y seis forasteros, llegados de Argamasilla
de Alba, Campo de Criptana, Pedro Muñoz y Socuéllamos. La plantilla quedó
compuesta por José y Pedro como porteros; Almazán, José Luis, Iván, Salva, Manu,
Picazo, Andrés, Ramos y Sergio como defensas; Man, Raúl, Luismi Lobato, Salazar
y Peña como medios y Adrián, David Rodrigo y Cristóbal como delanteros. Durante
la temporada se produjeron el regreso de Alberto, que había probado suerte en el
Murcia, y la marcha de Cristóbal, jugador todavía en edad cadete (15 años), que
tras destacar con el Tomelloso y con la selección regional fue fichado por el
Atlético de Madrid.
Tras un inicio irregular, el equipo consiguió asentarse en la categoría gracias
a los puntos obtenidos en casa, donde no se perdió ningún encuentro en toda la
segunda vuelta. Al final, el equipo fue 9º de 16 equipos, aunque sólo cuatro
puntos por encima del descenso. La permanencia matemática se consiguió la
penúltima jornada al ganar 3-1 al Puertollano.
En cuanto al equipo juvenil provincial, este fue formado por juveniles de primer
año o cadetes de último año. Lo dirigió el ex-árbitro Vicente Aguado, y su
plantilla quedó como sigue: Alfonso y Paco como porteros; Jomi, Romero, Adri,
Dani y Ángel como defensas; Rubén, Ayoub, Nete, Imad, Efi, Chema y Carlos como
medios; y Joseda, Javi y Mijatovic como delanteros. A pesar de la juventud, el equipo no pagó la novatada, y realizó una más que
digna temporada, oscilando siempre en la zona media de la tabla y siendo
finalmente sexto de 12 equipos. Con el plus de que se lograron goleadas
importantes, como un 8-1 al Valdepeñas, y que no se perdió en ninguno de los dos
partidos contra el campeón final, el Cristo de la Vega de Socuéllamos.