En el verano del 93, la directiva del Atlético Tomelloso
apostó por un giro de 180º a la hora de plantear la campaña 93/94. Tras 3
temporadas con la plantilla viviendo y entrenando en Tomelloso, se optó por
volver al sistema que entre 1986 y 1990 tan buen resultado le había dado al
Tomelloso: tener el equipo en Madrid. Una decisión que se tomó con recelos
entre el entorno del equipo tomellosero.
Para formar el equipo, se encargó tan importante tarea a Emilio Mauri, que
ya desempeñó este cargo en la anterior etapa 'madrileña' del club. El nuevo
entrenador iba a ser Floro Garrido, pero pocos días antes de comenzar la
pretemporada éste fichó como entrenador del Atlético Marbella en 2ª
División.
Su sustituto fue Manolo Romero, entrenador madrileño sin experiencia en la
categoría. En cuanto a la plantilla, se mantuvo a García Ramos, Osa, Dani, Luismi,
Navarrete y Moreno, y los refuerzos fueron sobre todo de hombres de las
canteras del Real Madrid (de donde llegaron 4 jugadores) y del Atlético (5).
Quedó por tanto un equipo muy joven, que era a lo que se podía aspirar con
la maltrecha economía del club.
La pretemporada ilusionó: no se perdió ningún encuentro, derrotando incluso
a un segunda 'A' como el Leganés y llegando a la fase nacional de la Copa
del Rey. Sin embargo, la temporada no se arrancó tan bien, y en las 7
primeras jornadas no se ganó ningún partido, consiguiendo sólo 3 empates y
siendo el antepenúltimo de la tabla. Mientras, el Cádiz, sin hacer casi
nada, había eliminado al equipo de la Copa.
Llegaron cambios en la plantilla. Se incorporó Pedro Gómez, delantero del
Estepona, y se fueron Navarrete (retirado por una lesión), Pedro Peinado
(por estudios) y José Luis, Joaquín y Ministro (a quienes se dio la baja).
Pero la situación no mejoraba. Tras la jornada 13, el equipo era penúltimo
con únicamente 7 puntos, números peores que los de la temporada de José
Toth, y se optó por destituir a Manolo Romero. Su sustituto sería Manuel
Fernández Aguilar, granadino afincado en Ciudad Real conocido como Manolo
Chico, que venía de jugar la fase de ascenso a 2ªB con el Manchego.
En estas fechas el presidente, Vicente García, dimitió y convocó elecciones
al cumplirse su tercer mandato al frente del club. Vicente se desvinculó por
completo del proceso y dejó al vicepresidente Ángel
Sáez como presidente en funciones y encargado de dirigir el
proceso electoral.
Pero nadie quería hacerse cargo del club, y los plazos se cumplían sin que
hubiera ningún candidato a presidente. La situación era tan desesperante que se barajó
incluso la posibilidad de transformar al club en Sociedad Anónima, aunque esta opción también se descartó, y se
mantuvo la junta gestora al frente del club.
La ausencia de cabeza en el club se notaba en lo económico, que a su vez
repercutía en lo deportivo. Moreno y Carrero se marcharon del equipo, y en
la jornada 21 (enero del 94) se tocó fondo, cayendo al último puesto de la
clasificación. Se contabilizaban sólo 13 puntos y el descenso estaba cada
vez más cerca.
Para la siguiente jornada el Tomelloso debía viajar a Villagarcía
de Arosa, y no había dinero para un desplazamiento tan largo. Se pensó
incluso en no presentarse, aunque al final se pudo realizar el viaje gracias
a la financiación de un empresario local.
La complicada situación, sin embargo, comenzó a mejorar. Lo hizo por arriba,
puesto que una nueva junta gestora encabezada por Ambrosio Armero, con la mayoría
de los hombres que habían formado los 'grupos de apoyo' hacía un año, se
hacía cargo del club una vez concluido sin candidatos un nuevo proceso
electoral.
En lo deportivo, durante febrero y marzo reforzaron la plantilla cuatro
jugadores cedidos por el Albacete: Castillejos, Mario, Criubaldo y Simón.
Los locales Moreno y Pedro Peinado volvieron a la plantilla, y también
retornaron, aunque sin que el club lo deseara, José Luis y Ministro. A estos
dos la directiva anterior les había echado del
club y estos habían denunciado su contrato. Como el club estaba descabezado en aquella
época, nadie del Tomelloso fue al juicio y se le obligó al club a
reincorporar a ambos a la plantilla y a pagarles toda la ficha más una
indemnización.
Con lo extradeportivo ya más o menos resuelto, sólo quedaba por ver si el equipo
sería capaz de mantener la categoría. Entre las jornadas 26 y 34 se estuvo a
un puesto de no descender, pero los partidos de las jornadas 35 y 36, ambos
en casa, fueron terribles. En la 35, el Sporting 'B' ganó 0-3; y en la 36,
el Sanse se llevó un punto tras fallar un penalti los tomelloseros.
Así, se llegó a la última jornada sin depender de uno mismo. Como suele
pasar en estos casos, la carambola no se dió (en realidad, ni el Tomelloso
hizo lo que debía) y seis años después, el Atlético Tomelloso volvía a
Tercera División tras una temporada nefasta en todos los aspectos.
La temporada 93/94 fue la segunda consecutiva con un sólo
equipo juvenil en Tomelloso. En esta ocasión, además, con la desaparición del
Cervantes el juvenil era el escalón inmediatamente inferior al segunda B. Para
esta campaña el entrenador que dirigiría a las promesas de Tomelloso sería Francisco Soria.
La plantilla la componían Emilio y Felipe (porteros); Chuso, José Carlos, José
Luis, Eduardo Díaz, Toño y David Picazo (defensas); Miguel Ángel, Josemi, Lope,
Heredia, José Ramón, Soria, Luis, Eduardo López, Ricardo y Ortiz (medios); y
Sito, Antoñito y Bauti (delanteros).
El equipo comenzó realizando una muy buena campaña, y alcanzó el primer lugar de
la tabla. El objetivo era quedar primero al final de la liga, lo cual supondría
jugarse el ascenso en una eliminatoria a ida y vuelta. Pero con el equipo bien situado deportivamente hablando, problemas extradeportivos
provocaron la salida del míster, Paco Soria. Cruces de declaraciones entre éste
y los responsables del Patronato a cuenta de los entrenamientos del juvenil en
el Estadio Municipal fueron uno de los detonantes que acabaron con Soria fuera
del equipo.
Soria fue sustituido por José Antonio Losa, que retomaba el mando del conjunto sólo
medio año después de dejarlo. Con Losa, el equipo mantuvo el mando de la tabla
clasificatoria y se clasificó para la eliminatoria de ascenso a Liga Nacional. En
ella, el Tomelloso se vio las caras con el Almagro, campeón del otro grupo de la
provincia de Ciudad Real. El empate de la ida lo dejó todo abierto para la
vuelta, a disputar en Tomelloso.
Allí, el Tomelloso llevó siempre la iniciativa del partido, adelantándose en dos
ocasiones pero siendo empatado otras dos por el Almagro. Así las cosas, hubo que
acudir a la prórroga. Y en la segunda parte de la misma, en el minuto 110 de partido, un
agarrón a Bauti en el área era sancionado como penalty, que José Carlos se
encargaría de transformar.
En los 10 minutos restantes el marcador no se movió, por lo que el Atlético
Tomelloso juvenil conseguía el ascenso, precisamente en el año en que el equipo
senior descendía a Tercera División.