Después de dos temporadas muy
parecidas en cuanto a planteamiento y desarrollo, Higinio Ponce y su directiva optaron por dar un rumbo distinto al
Tomelloso cara a la temporada 97/98. Para empezar, Manolo Chico abandonaba
el club. Su sustituto fue Pedro Hontecillas, entrenador madrileño cuya única
experiencia era haber compaginado la temporada anterior las funciones de
jugador y entrenador durante unos meses en el Atlético Teresiano. Como
jugador, Hontecillas había llegado a militar en Primera con el Rayo
Vallecano.
De la plantilla 96/97 se marcharon la mitad de los jugadores, entre ellos
muchos de los de confianza de Manolo Chico. Los fichajes
fueron madrileños que venían con el nuevo míster (Antonio, Felipe, Rubén), ex-jugadores de la zona que
estaban fuera (José Ángel, Guillermo) o forasteros afincados aquí
(Ignacio, Quique).
Tras una pretemporada aceptable, la temporada empezó bien, alcanzando pronto
el primer puesto de la tabla. En noviembre vino un pequeño bache, ganando
sólo un partido de seis jugados. Esto hizo que se cediese el primer lugar de
la tabla en favor del gran rival de los últimos años, el Hellín Deportivo.
En diciembre y enero no se perdió ningún partido, pero los cimientos
económicos del club se sacudieron. La situación económica era muy mala, los
socios y taquillas no estaban respondiendo, ni mucho menos, a lo esperado, y
se seguía arrastrando un déficit superior a los seis millones de temporadas
anteriores. Esto hizo que en estas fechas, Higinio Ponce y sus directivos
comunicasen a su plantilla que no garantizaban el pago de las mensualidades
al día hasta fin de liga. Cuatro jugadores: Israel, Quique, Peinado y Luismi
abandonaron el club tentados por equipos donde sí iban a cobrar. Sus
sustitutos tuvieron que ser jugadores del juvenil, como David, Eusebio o
Manolo, ya que lógicamente no había dinero para hacer nuevos fichajes.
Tras recuperar fugazmente el liderato, parecía que las bajas no se iban a
notar y que el equipo seguiría en los primeros puestos de la tabla. Pero en
el mes de marzo el Tomelloso se enfrentó a cinco de los gallitos del grupo,
como eran Puertollano,
Conquense, Hellín, Villarrobledo y Guadalajara, y no se ganó ninguno de
esos partidos. Así, el equipo abandonó la zona de fase de ascenso,
estabilizándose en el quinto lugar de la clasificación.
Para compensar la irregular marcha liguera, el Tomelloso llegó a la final de
la tercera Copa Diputación frente al Valdepeñas. El 1 de mayo, los de
Hontecillas ganaron la Copa, y su premio de un millón de pesetas, ante su
público.
Para el sprint final, el Tomelloso recibió el refuerzo de Álvaro, jugador de
la cantera del Rayo que ocuparía el puesto de lateral izquierdo, que desde
la marcha de Luismi estaba sin dueño. La mejoría del último mes hizo que se
llegase a la última jornada con opciones de jugar la fase de ascenso, eso
sí, dependiendo de otros resultados. Y como suele pasar en estos casos, los
otros resultados no fueron los deseados.
Así pues, la carestía económica provocó la peor campaña, en cuanto a
resultados, desde que el Tomelloso volviese a tercera. El proyecto a priori era bueno, pero no se pudo llevar a cabo
en condiciones normales y siempre quedará la duda de qué habría
pasado si en enero la plantilla hubiese quedado intacta.