Tras un nuevo fallido intento de ascender, y con su
reelección como presidente, Higinio Ponce partió, inesperadamente, de la
continuidad para su quinto proyecto. La continuidad empezó por la del
entrenador, Lorenzo Navarro, a pesar de las fuertes críticas que había
recibido en la fase de ascenso.
Para la plantilla, casi la mitad, 9 jugadores, continuaban. Pero habían
dejado el club gente importante como los locales Jesús y Treviño, quienes marcharon tentados por la sustanciosa oferta del club andaluz del
Torredonjimeno (también de tercera). También se fueron otros importantes
como Ignacio, Cazalilla, Vaquero o los hermanos Parada.
Los fichajes fueron de lo más variopinto: desde la (luego frustrada) repesca
de Pedro Peinado hasta el fichaje estrella del mancheguista Morales pasando
por los hermanos albaceteños Salva y Juan Carlos, el roblense Fede y el
alicantino Casas. Además de dos nuevos porteros, Roberto Hernández, del
Conquense de 2ªB; y el ya conocido Montoya, que volvía al club tras 7 años.
En la directiva, sin embargo, y a pesar de las muchas bajas, no se produjo
ninguna incorporación. Así, tras las salidas de Montejano, Gallego y
Heredia, el presidente se había quedado únicamente con Pablo
Burillo y el ex-jugador Rafael López, 'Falín' como directivos. Una nómina
demasiado escasa para la dirección de un club de categoría nacional.
El caso es que comenzó la pretemporada, con resultados más o menos normales
y con esperanzas de conseguir éxitos mayores a los de otros años. La
plantilla se completó con tres centrocampistas: los juveniles Agustín y
Loren y el fichaje catalán Torres. Y comenzó la liga de forma desastrosa:
tras cuatro partidos sólo se habían sumado dos puntos, siendo el equipo el
penúltimo. Los problemas en la plantilla se sucedían: Torres, por motivos
laborales, había dejado el equipo, Moreno y Luismi no podían jugar por
problemas físicos que no se solventarían hasta pasados meses, y Peinado
nunca llegaría a jugar en liga por su alarmante falta de forma.
Los problemas desbordaban a Loren e Higinio, que incorporaron al joven
Villar y al veterano Antoñito para arreglar el tema. El mes de octubre
mejoró la situación y se alcanzó la zona tranquila de la clasificación.
Parecía que lo ocurrido había sido un espejismo.
Desafortunadamente, no fue así, y llegó el trágico mes de noviembre. Nada
menos que cinco derrotas consecutivas frente a rivales del montón, como
Campillo o La Solana, pusieron de nuevo al equipo penúltimo. Había que
buscar soluciones, y así, Higinio decidió dar la baja al portero Roberto
Hernández tras algunas actuaciones que le habían puesto en la picota. También
salieron en estas fechas Casas y Villar, que no habían cumplido para nada
las expectivas puestas en ellos.
Por contra, el medio Ruli (del Torredonjimeno) y el punta Mario (del Amorós)
se incorporaron. Quedaba pendiente el tema del portero, por lo que Montoya
fue el titular durante varios partidos con el juvenil Miguel como segundo.
Como era de esperar, lo deportivo repercutió en lo económico. Las taquillas
se resintieron, muchos socios
devolvieron sus carnets y los ingresos por publicidad también flojeaban.
Higinio convocó a la desesperada una asamblea para buscar apoyos. Allí, sólo
encontró el respaldo de Luciano González Casajuana, que con dos vocales más
pasó a integrar la junta.
A finales de año el equipo estaba en punto muerto. Se fichó a un portero,
Amaro, y a un medio, Molero, que completaban la plantilla. Moreno empezó a
entrar en juego; por contra Navarro y Vita se lesionaron para lo que quedaba
de liga. El 2000 se empezó perdiendo en Socuéllamos y empatando en casa.
Fue tras ese partido de la jornada 21, contra el Quintanar del Rey, cuando
la decisión que todos esperaban se tomó: Lorenzo Navarro quedaba cesado de
sus funciones como entrenador del club. Su sustituto, Manolo Chico, en su
tercera época al frente del club.
Con Chico, cuya 'primera medida' fue forzar la reaparición de Luismi, el
equipo alternó momentos buenos y malos. Entre febrero y marzo se encadenaron
seis partidos consecutivos puntuando, estabilizando el equipo en el puesto
15.
Pero quedaba la recta final, enfrentándose a los gallitos del grupo. El
equipo, que había fichado al veterano Poyatos ante las lesiones de Amaro y
Montoya, volvió a caer en la tabla. Y llegó a la última jornada dependiendo
de terceros para seguir otro año más en tercera.
La situación era la siguiente: el Tomelloso debía ganar al Puertollano (que
no se jugaba nada, pues era primero matemáticamente) y debía esperar que el
Talavera no bajase de Segunda B, pues si lo hacía, arrastraba al 17º de Tercera (el
Tomelloso) a Autonómica.
Lo primero se hizo, pero con el partido del Tomelloso acabado el Talavera
estaba en Tercera ante la victoria del Cacereño ante el Betis 'B'. Así pues,
mucha gente se fue del Municipal pensando que el equipo estaba en Autonómica a no ser
de que hubiese algún ascenso de un castellano-manchego a 2ªB. Pero no era así: el Betis
'B', en el descuento de su partido, empató, dando al Talavera la posibilidad
de salvarse en la promoción.
En dicha fase el Talavera se salvó, y el Tomelloso por tanto también,
poniendo punto final a una temporada de infarto.
La campaña finalizó con la dimisión del presidente, que convocó
elecciones. Sólo Ángel Montejano concurrió a ellas, por lo que fue
proclamado nuevo presidente del club.
La liga para los juveniles del Tomelloso C.F. en la temporada
1999/2000 se presentaba con las mismas expectativas que la anterior campaña: un
equipo con jugadores con proyección que debía hacer el esfuerzo de jugar la fase
de ascenso a Liga
Nacional. Así, 27 jugadores iniciaron los entrenamientos a las órdenes de Ramón
Navarro, que repetía como entrenador por segundo año consecutivo.
Pero los jugadores fueron cayendo uno a uno. Las pocas expectativas de jugar y
la falta de seriedad que presidía el club hizo que una gran parte de la
plantilla se marchase a jugar a las ligas locales de fútbol-sala o fútbol-7. Si a
esto le añadimos que los jugadores con más proyección, casos de Crespo, Perona,
Alfonso o Miguel, eran continuamente llamados por el equipo de Tercera ante la
mala sitación del mismo, el panorama del equipo era bastante triste.
La plantilla que, durante casi toda la temporada, se mantuvo fue: Andy y Miguel
(porteros); Juanan, Alejandro, José Luis, Pablo y Dani (defensas); Gallego,
López, Crespo y Alfonso (medios); y Juan, Perona, Arturo e Ismael (puntas).
Al final la situación fue tan insostenible que hubo que recurrir a los cadetes
de la Escuela de Fútbol para echar una mano al equipo. Finalmente, el Tomelloso
juvenil fue cuarto a 15 puntos del líder Manzanares, que fue quien jugó la fase
de ascenso.